Estoy en uno de esos momentos en que te necesitas a ti mismo, solo a ti.
He tardado mucho tiempo en detectar, en reconocer y saber que significaba este malestar que siento a veces, ese enfado sin estar enfadada, ese agobio por nada, ese justificarse sin saber de qué. Y todavía me cuesta darme cuenta, aunque cada vez menos, jeje.
Estoy bien, al cien con empezar el año, con iniciar proyectos y con seguir trabajando en lo que me encanta, y a la vez, estoy al cero, cansada, parada, observando…
Todo al cien y al cero a la vez. Y es que estar conmigo, encontrarme, darme unas vacaciones de todo para pasarlas a solas, es lo que me sana y me cambia.
A veces me asusto porque dura mucho, o porque es intenso, pero si lo pienso bien, estas subidas y bajadas siempre me traen un cambio bueno.
Y lo mejor de todo es que cada vez me entiendo más fácil. Y aunque se me olvide y me vea una serie del tirón y coma chocolate, todo está tranquilo.