Y es que no estamos acostumbrados a escuchar, ni a escuchar cuando alguien habla sincero desde dentro y menos, a escuchar lo que pasa dentro de nosotras mismas.
Gracias por todos los comentarios y mensajes que me habéis mandado sobre el post de ayer hablando de “la tristeza”. Me sana explicar y hablar estas cosas, compartirlas, y escuchar y saber lo que sentís. Por otra parte, me ha parecido curioso recibir palabras de ánimo y consuelo (gracias, de verdad). Y pienso: “¡pero si estoy bien!”. .
Sentir tristeza no es un drama. El drama es no saber sentir, negarse, o intentar evitar sentir lo que sea, aunque sea tristeza.
Me atrevo a hablar de estar triste porque me reconozco la tristeza, porque la necesito y porque me siento bien con ella. En realidad este conocerme y reconocerme la tristeza está pasando ahora, en un momento en el que estoy feliz al cien con mi vida, en el que todo lo que me rodea lo he elegido y lo amo, tal y como es. Y estoy infinitamente agradecida.
La tristeza la siento bonita. Por supuesto que hay cosas que me duelen, me hieren, se complican, me molestan, pero… ¡es que en la vida pasan cosas! (Que sorpresa, no?)
En la vida pasan cosas. Y lo bonito es aceptarlas, convivir y disfrutar de ellas.
En la vida pasan cosas y a veces te sientes triste. Y no es drama. El drama para cuando quieres un helado y no sabes qué sabor elegir.